13 noviembre 2006

"Aguadébil" sobre la cosa nostra argentina

Después de mucho gambetear y analizar la posibilidad, finalmente vencí mi fiaca dominguera, me decidí a salir del departamento, bajar y leer mi librito en el café de la esquina de casa.
Desagradable sorpresa me esperaba en el bar: las pantallas de TV a todo lo que daban con el partido del momento y el 2 a 0 de Indepentdiente a Racing.
En eso, los incidentes de siempre y se suspende el partido.
El hombre de la mesa de atrás: "¡Qué bárbaro! ¡Qué vergüenza!". Esto lo dijo unas diez veces seguidas.
En la esquina opuesta, dos cartoneros. Eso sí que no parece ser una barbaridad para nadie. Que otros tengan que salir a revolver basura ajena.
En esta era de la híperconexión, ahora celular en mano, vuelve a la carga el tipo de atrás: "Sí, ¿Fulano? ¿Viste? ¡Que vergüenza!... Sí, sí... lo estoy viendo. Justo salí a comprar algo y me vine a tomar un café en el bar. (...) ¡Pero mirá vos! Se tiran piedras con todo... Bueh... Ahora en un rato nos vemos."
Los cartoneros están hace tanto tiempo ahí... deben estar esperando a que los porteros saquen las bolsas.
Y el de atrás que cerró el celular pero no le afloja al monólogo: "¡Qué bárbarooo!".
Dan ganas de voltearse y decirle: "Bueno. Basta, viejo. ¡Es sólo un partido!"
Ya me imagino los noticieros de mañana.
Yo estoy leyendo las reflexiones del Zaratustra de Nietzsche y he de admitir que ni bien entré al café con la intención de pasar un rato leyendo, me molestó esta especie de "copamiento" del café "amigo" por el sempiterno y omnipresente fútbol.
El de atrás se va enojado, con sus bolsas de compras y una revista de la National Geographic en la que seguirá viendo otros ejemplos de la vida animal, eso sí, un poquitín más civilizada que la de la cancha...
Pensé que con la suspensión del partido se salvaban mis planes originales de leer en paz, pero claro, ahora en la TV el dilema nacional apenas comienza y ahí está toda esa caterva de opinólogos discurriendo sobre las medidas a tomar, y bla, bla, bla...
Al fin termina el programa. A ver si puedo leer un poco... ¡Nooo! Sacan TYC y ponen Fox Sports... Boca-Quilmes. Es increíble la habilidad de esta gente para encontrar siempre un sucedáneo. Creo que deberé ir buscándole un reemplazo a este café. Al menos, los domingos a la tarde...
El carro de los cartoneros tiene una chapa que dice "ALQUILO", probablemente era un cartel de inmobiliaria.
Hace un rato, uno de ellos estaba tendido en la vereda sobre unos papeles. Ahora también se echó el otro. Se incorpora y busca algo en los bolsones. El que parece más reflexivo, más pensativo de los dos.
En otra mesa del bar una mujer que toma té con una amiga habla con una tercera por celular. Sobre algún trabajo de psicología o medicina... sobre adicciones, vulnerabilidades, consecuencias sociales...
Y en la entrada a mi edificio, el hombre del 1º, el símil Einstein que tiene problemas para caminar, entra con su perro.
La mujer del celular sigue con palabras como autocontrol, comportamiento de la persona, la alcoholemia de los choferes... Y luego "Chau, hasta mañana. Que te vaya bien", le desea a la que supuestamente tiene la entrega o el examen.
Otro colectivo 111 y dos taxis en la esquina, dos mujeres viejas cruzando hacia el kiosco.
En el interin pusieron música en el bar. La cosa va mejorando.
Por la ventana se ve: gente que pasea perros, bicicletas, padres con chicos.
Las canciones del bar: "Espero que ella vuelva y me diga..."
Parece que Einstein es dueño del VW marrón que suele estar estacionado frente al edificio. Le levantó el capot, se lo cerró. Ahora entra de nuevo. El cartonero pensativo se está fumando un pucho.
En la radio: "Muerdo el anzuelo y vuelvo a empezar de nuevo, cada vez..." Los abuelos de la Nada... "caminando, caminando, veo mil calles que tal vez yo pueda cambiar..."
Por la esquina de enfrente ya voy contando como seis o siete carritos de bebés. Hasta uno doble, con mellizos.
Ahora sí estamos todos, por la esquina acaba de pasar el "Trencito de la Alegría" lleno de monigotes, chicos aburridos y padres resignados.
El único silencioso de este paisaje que describo mal, es un gran jacarandá que llega al quinto piso del edificio. No es majestuoso, de cualquier manera es hermoso y cada tanto regala unas flores a la vereda y a la calle. Esto me recordó uno de mis pequeños sueños que se era, en el caso de tener alguna vez una casa con al menos dos metros cuadrados de jardín, poder plantar un jacarandá.
Sigo mirando por el ventanal del bar.
un poco después de ver pasar gente, decido que es suficiente, que la calle ya no me ofrece la gran cosa. Y vuelvo a Nietzsche:
"¿Qué ocurrió entonces, hermanos? Me superé a mí mismo, a mis sufrimientos; llevé mi propia ceniza a la montaña y me inventé una llama más brillante. ¡Y he aquí que se retiró de mí el fantasma!"
Todos los transmundos se han originado en el sufrimiento y la impotencia, y en esa fugaz felicidad ebria que sólo el que más sufre experimenta.
(...) Ansiaban escaparse de su miseria, pero las estrellas quedaban demasiado lejos. (...)"
"La verdad es que amamos la vida, no porque estemos acostumbrados a la vida, sino porque estamos acostumbrados al amor.
Hay siempre un poco de locura en el amor. Más también hay siempre un poco de razón en la locura. (...)
He aprendido a caminar; desde entonces 'me pongo a correr'. He aprendido a volar; desde entonces no espero a que me empujen para moverme del sitio.
Ahora soy ligero; ahora vuelo; ahora me veo debajo de mí; ahora un dios baila a través de mí.
Así habló Zaratustra."
De nuevo la calle.
Se levantan los cartoneros.
La paciencia ¿premia? al pensativo con mucho cartón que le han dado en algún lado, probablemente por la puerta de la cocina de este mismo bar en el que estoy.
El otro se incorpora más lentamente y se mira en el espejo retrovisor de la camioneta que desde hace meses está con cartelitos de venta en la esquina.
Cruza, mira al tipo del Renault que tiene un colchón en el techo. Vuelve a los carros.
Ahora desarman las cajas. Un poco después, se van.
Yo también. Pido la cuenta.
Entro al edificio.
Está la encargada en la puerta. La saludo con un: "Hola, ¿cómo le va?"
Me responde con un: "Bien, acá... terminando el domingo."

07 noviembre 2006

Nosotros los dinosaurios

Nacimos así
en medio de esto
mientras rostros de tiza sonríen
mientras doña muerte ríe
mientras los ascensores se rompen
mientras panoramas políticos se disuelven
mientras el chico del supermercado
termina la Universidad
mientras peces envueltos en petróleo
escupen su aceitosa plegaria
mientras el sol está enmascarado.
Nacimos asíen medio de esto
en medio de guerras prudentemente enloquecidas
en medio del paisaje de fabricas con ventanas
rotas y vacías
en medio de bares en donde la gente ya no habla
en medio de peleas que pasan de los puños
a las armas y a las navajas.
Nacimos en esto,
entre hospitales tan caros que es más barato morirse
entre abogados que te cobran tanto, que es más
barato declararse culpable.
En un país donde las cárceles están llenas
y los manicomios cerrados.
En un lugar donde las masas elevan a los ineptos
a la categoría de héroes.
Nacimos en esto,

caminamos y vivimos a través de esto
muriendo por esto
mutando por esto
silenciados a causa de esto
castrados,
abusados,
desheredados por esto,
engañados por esto,
usados por esto,
jodidos por esto,
enloquecidos y enfermos por esto,
convertidos en seres violentos
convertidos en seres inhumanos
por esto.
Los corazones están ennegrecidos
los dedos buscan las gargantas
al revolver
la navaja
a la bomba
los dedos se dirigen hacia un Dios insensible
que no responde.
Los dedos van a la botella
a las pastillas
a la pólvora.
Hemos nacido en medio de esta lastimosa devastación
hemos nacido en medio de un gobierno
endeudado hace 60 años
que pronto no podrá pagar siquiera los intereses
y los bancos arderán
y el dinero no servirá para nada.
Habrá asesinos libres e impunes por las calles
habrá pistolas y mafias oficiales.
La tierra se volverá inútil
los alimentos serán una recompensa que se esfuma.
El poder nuclear estará en manos de la mayoría
explosiones sacudirán la tierra.
Hombres robot afectados por radiaciones
acecharán a otros hombres.
Los ricos y los elegidos observarán
desde plataformas espaciales.
El infierno de Dante parecerá un juego de niños.
El sol ya no se verá y será siempre noche
los árboles morirán
toda la vegetación morirá
hombres afectados por radiaciones comerán
la carne de otros hombres afectados por radiaciones.
El mar estará contaminadolos lagos y los ríos desaparecerán
la lluvia será el nuevo oro.
Un viento oscuro esparcirá el hedor de
cuerpos putrefactos de hombres y animales
los escasos sobrevivientes serán,
asediados por nuevas y horribles enfermedades.
Y las plataformas espaciales se irán destruyendo

por el desgaste y la escasez de provisiones
y el simple efecto de la decadencia general.
Y entonces surgirá de eso
el silencio más hermoso
jamás oído
y el sol todavía ahí, oculto
estará esperando el próximo capítulo.

C. Bukowski