11 mayo 2006

La objetualidad al pedo (o de cómo cualquier cosa es una mercancía)


Honorable público (¿?) si alguno se preguntó el por qué de la ausencia de posteos en días pasados, he aquí la respuesta: exámenes en la universidad. Uno de ellos particularmente complicado (Historia del Conocimiento Sociológico I), karma del que me he librado el martes último.
Ahora bien, reinauguro los posteos después del impasse con una trivialidad de la que se pueden sacar algunas conclusiones interesantes.
Íbamos ayer con Marianita por la peatonal Florida y, a la altura de Viamonte, nos detuvimos en la vidriera de un negocio atiborrado de mercancías, a mi humilde parecer, inútiles. Y con esto caigo en contradicción, si tenemos en cuenta que una de las características de las mercancías, en la definición del capítulo I de El Capital es el poseer "valor de uso", el tener utilidad, el satisfacer una necesidad (sea del estómago o del espíritu).
Pero prosigamos... la atenta mirada a la vidriera permitió distinguir, entre corpiños de silicona autoadhesivos y otros objetos incomprensibles, un item peculiar, a saber "Power ranger que aumenta 6 veces su tamaño! $ 6.- ". Esto según la indicación de un cartel con grandes letras escritas en marcador negro. Dicho cartel estaba ubicado sobre una pecera bajo la cual aparecían unos muñequitos símil "Power Rangers" de aproximadamente 5 cm, de color y forma bien definidos, en definitiva, miniaturas representativas de estos personajes. Si uno proseguía con el análisis, dentro de la pecera -con agua, claro- "nadaban" (o más bien se apiñaban graciosamente) unos grotestos muñecotes de goma espuma, totalmente deformes que apenas conservaban un leve dejo antropomorfo y, en el tamaño sextuplicado, lucían colores desvaídos.
En cercanía temporal con el examen del martes, empecé a pensar en Hegel, Marx y otros autores que trataron el paso del hombre por la objetualidad (la mentada "enajenación" o "alienación"). En Hegel el paso del hombre por el mundo de los objetos lo realiza. El "universal abstracto" que es el sujeto en un primer momento dialéctico, en su paso por este mundo objetivo se realiza como "particular". Sale de sí para conocer un objeto (una otredad) a la que se enfrenta y en ese enfrentarse al objeto, vuelve su conciencia sobre sí, convirtiéndose en un "universal concreto", un "en sí-para sí", un ser singular. La enajenación-alienación (el salir de sí para pasar por el mundo de los objetos) tiene en Hegel tiene una connotación positiva: permite al sujeto realizarse.
Carlos Marx difiere de Georg Wilhelm Friedrich. La enajenación es una serie de momentos negativos, y supone un poder del objeto hostil sobre el hombre. Objeto que se le enfrenta al sujeto y, en tanto extraño a él, lo desrealiza.
Cavilando sobre estas ideas me preguntaba:
¿Cuál es la utilidad de los Power Rangers expansivos? Sobre todo una vez que se los arroja al agua y se metamorfosean en muñecotes de goma espuma que, a lo sumo, pueden llegar a servir como juguete de algún perro familiar...
¿Qué tanto trabajo objetivado incluyen estos "cositos" de modo que llegan a tener un valor de cambio de $ 6.- lo que los hace directamente intercambiables por dinero y otras mercancías?
Estos objetos (les va mejor la expresión "cosos"), ¿realizarán a alguien?
Los análisis (si estamos al cuete y queremos hilar fino) pueden proseguir en cuestiones como:
- De la necesidad de lo inútil descartable
- El grotesco en el mundo mercantil
- De la capacidad de los niños para erosionar cojones paternales y lograr la compra (que no consumo pues no sirven para nada) de "cosos" como éstos
- Del papel de China y Taiwan en el incremento de objetualidad inservible
- De cómo un examen deja al borde del surmenage y genera en mí una capacidad increíble para desvariar sobre idioteces.
Temas todos que serán desarrollados ampliamente en próximas ponencias...

10 Comments:

At mayo 11, 2006 12:49 p. m., Anonymous Anónimo said...

Entiendo que el valor de uso de una mercancía difiere del sujeto que lo necesite, tiempo y lugar. Recuerdo ese cuento del rey sediento en medio de un desierto que pregona la venta de su reino por un vaso de agua, cuando yo tengo el dispenser a medio metro de mi escritorio y no pagaría nada por él. Tu inquietud podría respondértela mi hermanito de 8 años que es fanático de esos androides con cascos de moto multicolores. En lo que a mi respecta pago los $6 gustosamente sólo para ver su alegria al recibir el regalo pero digamos que jamás los adquiriría como objetos de decoración para mi hogar...

 
At mayo 11, 2006 3:30 p. m., Blogger Claudina said...

Acabo de volver de Once, allá por Azcuénaga entre Perón y Avenida Corrientes que es propiamente un rejunte de negocios con objetos kitsch. Negocios chinos con relojes con forma de gato que mueve el brazo, rosas artificiales de tela cuyos pétalos están conformados por una tanga roja (el producto se llama Panty Rose ¡¡Qué horror!!!), una lámpara con teléfono antiguo incorporado que en el frente muestra la imagen de una cascada, y miles de peluches y cosas de felpa, objetos junta-mugre increíbles e infinitos. Aquello es propiamente la Catedral del Mal Gusto... Coincidimos con mi compañera de acera, Mariana: lo malo no es que lo vendan, sino que exista quien lo compre!!
Y como colofón, para cerrar mi opinión sobre el tema, me apropio de lo que creo dijo Philip Stark: MENOS ES MAS!!!

 
At mayo 12, 2006 8:04 a. m., Anonymous Anónimo said...

Yo tengo una certeza y es que esos Power Rangers si sirven para algo: Para que los niños dejen erosionar cojones paternales hasta la próxima pelotudes que le imponga el mercado.
Y también algunas dudas, ¿toda está crítica de Marx que tanto esfuerzo requiere de quienes lo estudian no sería simplemente un impedimento de decirle directamente a Jenny que se deje de gastar la plata en cosas que no sirven para nada?
¿Se habrá aparecido Jenny von Westphalen con una Panty Rose?

 
At mayo 12, 2006 9:42 a. m., Blogger Claudina said...

Ja Ja
Pobre Jenny... dudo que tuviera plata como para gastar en pavadas. Ahí el que aportaba un poco era Engels así que calculo que gastarían en lo estrictamente necesario...

 
At mayo 14, 2006 10:17 a. m., Blogger Alvaro said...

Mi señora sostenía que debías estar enferma; yo que estabas depre. Somos malos para la adivinación, te felicito por el examen.
El posteo toca un tema triste. Habla de defraudación, y de la peor especie porque se engaña a un chico o a una persona cándida que no llega a darse cuenta que ese "Power ranger que aumenta 6 veces su tamaño!", los relojes con forma de gato, la lámpara con teléfono antiguo incorporado, etc. son una porquería. Me recuerdan los vidrios de colores que supuestamente traían los españoles para timar a los indios.
Hay un episodio de Mafalda que habla sobre esto, es el que se ve a Felipe con un cosito en la mano mientras dice "Mirá la felicidad que le venden a uno por televisión"
La mercadería que está en venta es la ilusión.
Nos ofrecen la ilusión de fuerza y libertad con una 4x4 y lo que se vende es un trasto que apenas sirve para llevar a los chicos al colegio y que nos genera la angustia por tener que pagar el crédito, el seguro, la cochera, etc. O sea en lugar de darnos libertad nos atan a nuestra necesidad de trabajar.
Nos venden la ilusión de amistad al juntarnos a tomar cerveza después del trabajo; la ilusión de eterna juventud con los cosméticos y así siguiendo. La lista es casi tan interminable como la cantidad de productos de la sociedad de consumo.

 
At mayo 14, 2006 10:45 a. m., Blogger Alvaro said...

Si no se acuerdan de la tira la pueden ver en:
www.alvaro2006.8k.com

 
At mayo 15, 2006 11:07 a. m., Blogger Claudina said...

Álvaro, recordé con tu comentario aquella tira de Mafalda de la que hablás. Tal cual... También hay otra en la que Mafalda habla de la Sociedad de Consumo con juegos de palabras como "Suciedad de Consumo" o "Zoociedad de Consumo"... todo relacionado con este tema. Lo bueno es ir convenciéndose, a pesar del lavaje de cerebro que quieren imponernos, de que realmente se puede vivir con poco (una vez que se tiene cubierto el tema vivienda y alimentación -tanto del cuerpo como del espítitu, claro).
¡Muchos saludos!

 
At mayo 15, 2006 5:46 p. m., Anonymous Anónimo said...

Este tipo de mercancías, ofrecidas comúnmente a bajo precio, que se compra por impulso y con efímera o ninguna utilidad, tiene además un propósito aún más triste y preocupante: lavar dinero a través del contrabando.

El volumen de estos artículos en las calles usualmente tiene una correlación importante respecto al crecimiento de negocios ilícitos, que se aprovechan de la necesidad de los más pobres y de la economía informal, para "legalizar" cuantiosos recursos que vuelven a invertirse en estos lucrativos pero nocivos negocios para la sociedad.

Más allá de las labores policivas de las autoridades, el mejor control que como consumidores podemos hacer es abstenernos de comprar este tipo de artículos, por más que el pibe jorobe, el impulso nos invada, o la oferta nos motive.

Me sumo a las campañas de concientización sobre este problema, terminando con el siguiente slogan, que con algunas variantes repiten el mismo mensaje:

COMPRE LEGAL, COMPRE CON FACTURA Y JUEGUELE LIMPIO AL PAIS!

Saludos,

 
At mayo 16, 2006 1:48 p. m., Anonymous Anónimo said...

Val, me parece que estás equivocada, lo que Claudina tan bien relata es un negocio, el cual no tiene uno por que sospechar tiene mercancía de contrabando y que seguramente vende con factura. No entendí bien la relación con el lavado, pero insisto que me parece que Claudina se refiere a otra cosa.

 
At mayo 16, 2006 5:53 p. m., Blogger Alvaro said...

Ja Ja, son divertidos los comentarios, cada uno agarra para donde se le acomoda el alma .
Dejémonos de cazar brujas. Esos muñequitos se contrabandean tanto como los cigarrillos, la ropa, los zapatos y así siguiendo. Todas esas cosas se venden por dos pesos y no valen nada. Con o sin factura no hay que comprarlas.
Alvaro

 

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