16 enero 2006

El gusto por los policiales



En la radio del colectivo, esta mañana. Escuchado antes de bajar:
"Y aquí tenemos un mensaje de X, una de nuestras oyentes. Dice que nos sigue siempre, nos felicita por el programa y le encantan los policiales."
Pienso que realmente hay que tener un estómago muy especial para que te "gusten" las noticias policiales. Así más no sea que por un sentimiento de empatía hacia las víctimas. O por una muy humana actitud ante estos casos, que nos hace reflexionar, al menos por un segundo, en qué pasaría si esa noticia que a veces se escucha tan livianamente por la radio, la TV o se lee en el diario, hubiera tocado tangencialmente a uno de nosotros o de los nuestros.
Entonces no entiendo a esta oyente, que se regodea en los policiales. Sólo puedo, a lo sumo, comprender cierta curiosidad o interés en los policiales-sin-sangre, como el robo al banco Río que está saliendo por estos días en las noticias, en el cual hasta hubo todo un trabajo de "inteligencia" por parte de los ladrones, que accedieron a planos de túneles hechos por la empresa de aguas...
Lo que en el caso sí parece sacado de un "casting" es el nombre del Jefe Policial, ¡para un comic!:
Osvaldo Seisdedos es el jefe policial que dirige la investigación del "robo más audaz de la historia", según él mismo lo calificó. Al describir a los ladrones dijo que eran "chicos listos". Eso no coincidía con la imagen de gente cavando túneles a 17 metros de profundidad y en un ambiente fétido. Ahora se supo que sólo perforaron con una amoladora la pared de concreto del sótano del banco. Esto no significa que el plan para concretar el robo no haya rozado la perfección. O que la "puesta en escena" que fueron capaces de desarrollar los asaltantes no fuera digna de un escenario. Pero sí que el golpe no fue "trabajado" desde el esfuerzo físico, salvo, claro está, en el momento de cargar el pesado botín.
Me recuerda mucho a una de las historias de Sherlock Holmes que leía de chica: La liga de los pelirrojos, donde también unos monos cavan un túnel para un atraco magistral.
Si quieren saber más, click en los siguientes:
- La vida real hic et nunc en el Clarín de hoy:
http://www.clarin.com/diario/2006/01/16/policiales/g-04801.htm
- La literatura, con Sir Arthur Conan Doyle y su Sherlock Holmes, que se puede bajar de la red:
http://www.elpentagrama.com/sherlockiana70.htm
¡Elemental, mis queridos guachos!

3 Comments:

At enero 16, 2006 4:42 p. m., Anonymous Anónimo said...

Yo creo que a X, la oyente de la radio, no le atrae en sí la triste noticia de un policial sangriento sino el aspecto que vos resaltás en relación al atraco al Banco Rio, es decir, la inteligencia con que se perpetuó el mismo o, en caso de homicidios, la secuencia que condujo al esclarecimiento del hecho. Sobre esta base, a mi me encanta ver el programa "Forenses" los viernes a las 23 hs. por canal 9 y su versión yankee "Los nuevos detectives" por un canal de cable que no recuerdo cual es. No agrada saber que las vidas de las personas se apagan en manos de desgraciados, pero si conocer cómo esos desgraciados fueron a parar tras las rejas porque un pelo o rasabios de su piel en las uñas de la víctima lo delataron, entre otros. Y es por eso que comparto tu gusto por las historias protagonizadas por Sherlock, por cierto cocainómano (dato que me desagrada bastante), ya que podía resolver crimenes por la colilla de un cigarrillo encontrado en el lugar del hecho. En la "Liga de los Pelirrojos" se adelanta al robo cuando advierte que un joven tenía su pantalones manchados con barro de la rodilla para abajo (índice de estar cavando arrodillado), y adivina el curso del túnel al hacer sonar su bastón en el suelo del local. La diferencia de este relato con el robo al Banco Rio es que Sherlock y el director de la entidad se encontraban del otro lado del boquete esperando la aparición de los malhechores. BINGO!!!. Lástima que nuestro detective no sea real y contemporáneo porque su presencia el viernes pasado por San Isidro no le hubiera venido nada mal a los 148 contratistas de cajas de seguridad de esa sucursal bancaria.-

 
At enero 16, 2006 5:08 p. m., Blogger Alvaro said...

Lo de la oyente se entiende si aceptamos que hay quien se pone contento con la desgracia ajena, sintiéndose afortunado porque le toco a otro. Personas incapaces de sentir la menor empatía para con la victima.
La cosa no seria tan terrible si no supiésemos que hay diarios y canales de televisión dedicados exclusivamente a este tipo de personas. En la moderna sociedad de consumo a los que tienen fallas de personalidad no les hacemos ver su problema y tratamos de ayudar a que se corrijan: Les proveemos del producto que ellos buscan y dejamos que expongan su problema al aire sin la menor vergüenza.

 
At enero 16, 2006 6:03 p. m., Blogger Claudina said...

Sol: Coincido en que películas y libros policiales pueden ser muy atrayentes... pero sigo sintiendo escalosfríos con los casos reales. Podrá decírseme que sin la realidad el arte no puede reflejar nada, etc, etc... pero no tengo muchas ganas de discutir. Che, Sol.. me encantó tu uso de la palabra "malhechores" jaja Suena a los dibujitos animados de La Liga de la Justicia!!
Álvaro, coincido. Muchas veces incluso me pregunto si, más allá de psicopatías muy íntimas y particulares que se ven en algunos "malhechores" -como dice mi amiga- la TV y otras yerbas de comunicación no pondrán ideas en ciertas cabezas propensas a perpetrar aberraciones.
Esto da muchas ideas para estudios sociológicos. En este minuto se me ocurre un ensayo que podría titularse:
- De Crónica TV como semillero de perversiones
Aunque al canal de las placas rojas le están ganando otros noticieros de canales vecinos que no se quedan atrás.
Sea como fuere, si se concedieran de vez en cuando deseos imposibles, yo no dudaría -entre tantos otros anhelos- pedir que desaparezcan los policiales.
Un abrazo a los dos! Y gracias por escribir!

 

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